viernes, 18 de julio de 2014




El Árbol Del Vampiro

Cuenta la historia que en el siglo XVIII en la Guadalajara colonial llegó un misterioso hombre que venía de Europa y que se quedó a vivir en un pueblito llamado Belén, se llamaba Don Jorge y era uno de los más ricos hacendados del pueblo, sin embargo los habitantes del poblado le temían ya que acostumbraba a vestir siempre de negro y salir solo por las noches.
Al poco tiempo la gente se alarmó al ver que aparecían animales muertos, pero días después se encontraron cadáveres de personas sin una gota de sangre. Este hecho causó un gran temor en el corazón de aquellos humildes campesinos, los cuales se encerraban en sus casas antes del atardecer y rezaban temerosos por sus vidas.
Finalmente se reunieron y armados de valor, palos, antorchas y machetes decidieron ir en busca del asesino. Cerca del panteón oyeron gritos, y al llegar vieron con horror a don Jorge que estaba mordiendo el cuello de uno de los campesinos. Cuando el vampiro se vio rodeado huyó dejando a su víctima ensangrentada. Al día siguiente la gente fue a ver al cura del pueblo y le pidieron que les ayudara a detener al vampiro que los aterrorizaba.
Así llegaron a la hacienda de don Jorge y el cura le realizó un exorcismo y el vampiro retrocedió maldiciendo y jurando que se vengaría de todos ellos, entonces uno de los aldeanos le clavó una estaca en el pecho. Una vez muerto fue enterrado en el panteón de Belén.
Se dice que meses después la lápida se rompió y en su lugar nació un árbol de tronco grueso y de raíces profundas. Cuenta la leyenda que el día que el árbol sea cortado o las raíces rompan por completo la lápida don Jorge regresará para tomar venganza contra aquellos que lo apresaron.
Así que si se dan una vuelta por la republica mexicana, no olviden visitar en Guadalajara, un pobladito llamado Belén donde aun hoy se puede observar el magnífico árbol erguido sobre su tumba.

La sombrerona.


 Vestida de rojo, un vestido ceñido que mostraba una figura maravillosa, unos guantes negros elegantes de terciopelo y un sombrero rojo grande que no dejaba ver su cara. Reposaba en una esquina todas las noches, cuenta la historia que un señor demasiado elegante salía de un café a altas horas de la noche rumbo a su casa, el en la niebla vio la silueta de aquella mujer y vio que en su mano sostenía un filtro de un cigarrillo y que en su punta había un cigarro apagado, el se apresuro mostrar sus dotes de galán se le acerco y le dijo que si deseaba fuego, ella acepto y prendió su cigarro, al subir su cabeza para darle gracias a aquel señor, el señor pudo ver que no había rostro, solo dos cuencas como ojos una cuenca como nariz y unos dientes amarillos, al ver eso callo al sueño desmallado y al otro día amaneció en la misma esquina desnudo y aruñado, y así paso con muchos hombres más que al verla al otro día amanecían desnudos y aruñados.
El Patetarro


Se dice de un hombre quien tiene solo un pie pues el otro lo tiene podrido porque tiene un tarro de caña, el cual se dice tiene un espantoso olor que daña las cosechas, además tiene un liquido blanco que sale del tarro el cual deja regado por donde el va pasando, la presencia de él se traduce a inundaciones y mas desastres naturales, se dice que aparece en forma masculina y femenina cuando termina sus fechorías hace una risa y unos gritos perversos, se dice que aparece en Antioquia(Colombia) pero también en el Choco (Colombia) entre los mineros.
Mito Del Galipote
El Galipote es un mito que cuenta la historia de un hombre que hizo un pacto con el Diablo para venderle su alma y así poder realizar sin temor a la muerte todos sus actos delictivos. Se dice que en el pacto que este realizo dentro de las condiciones se encuentran que solo puede ser asesinado por el obispo  de la iglesia con su pistola a lo cual este procedió a matar al obispo con la misma pistola. 
El Galipote era un hombre de la alta sociedad que quería comprar la vida eterna y por esta razón pacto con el diablo. Se dice que podía tomar la forma de animales y cosas materiales en el momento que este quería. Tanto así que al ser prófugo de la justicia la policía lo acorralo varias veces y este se transformaba en objetos para escapar. 

Todavía en estos tiempos se dice que por algunas de sus fincas y propiedades se pueden escuchar gritos y disturbios en las noches, respondiendo esto a los pactos satánico que este realizaba en cada uno de estos lugares. 


La Dama De Blanco De Plavas

La Dama de blanco de Palavas, Francia, ha sido parte del folklore local durante muchos años, formando parte del arsenal de cuentos de los viajeros nocturnos.
Se dice que el  20 de mayo de 1981 en Palavas, a medianoche, cuatro amigos volvían a Montpellier en su carro Renault rojo, dos muchachas  iban sentadas en el puesto trasero y dos varones adelante. Por el camino ven a una mujer de unos 50 años haciendo autoestop, la dama viste con impermeable blanco hasta las rodillas, se cubre la cabeza con un pañuelo del mismo color. Los jóvenes detienen el coche y se ofrecen a llevarla diciendo que ellos se dirigen a Montpellier, la señora sonríe, y se acomoda en el asiento de atrás en medio de ambas chicas.
Durante el camino la mujer no pronuncia palabra alguna, hasta llegar a la intersección de la carretera de Villeneuve les Maguelonne en Pont Vert, en una curva bastante pronunciada ella grita: -¡cuidado con la curva!- y el conductor presta atención a la carretera. Al instante tiene que voltear hacia atrás pues las chicas no paran de gritar y se da cuenta que la mujer se había esfumado.
Después de recuperarse del susto, hacen su denuncia a la policía y la historia se divulga. La policía no pudo probar que se tratara de una broma, o alucinación por drogas. Pero se destaca el hecho de que probablemente aquella mujer se encuentra ahí para advertir a los conductores imprudentes y evitar que estos pierdan la vida como tal vez ella lo hizo antes.



jueves, 17 de julio de 2014

La Mujer De La Carretera

La mujer de la carretera es un mito que se cuenta le ha ocurrido a muchos camioneros y hombres que transitan en las noches, donde se dicen que montan una joven muy hermosa la cual al parecer sale de la universidad y los chóferes la montan y la enamoran hasta llevarla a la entrada de una vecindad muy humilde donde ella señala con el dedo su casa. 
En el frente de la vecindad está situado un cementerio. Los hombres que han sufrido la historia dicen que la chica es muy amable y que en el camino la enamoran y la conocen bien, ya que cualquiera que la ve quedaría encantado con su belleza. 

Uno de los conductores comento que cuando monto la chica universitaria la misma tenia frió y le coloco un abrigo rojo que el poseía, cuando la chica se desmonto le señalo la casa donde vivía pero se llevó el abrigo del camionero. Al día siguiente el camionero va a la casa donde la chica le había dicho que vivía y al preguntarle a una señora por la joven, la señora le informa que no vive nadie con esa descripción a lo que el camionero entra en discusión con la señora porque está seguro que esa era la casa. 


Luego de una acalorada discusión con la señora el camionero vio una foto en la pared de la joven y al decirle a la señora que esa era la joven, la señora sorprendida le dice que esa era su hija que había muerto hace más de 10 años. El camionero piensa que es una broma y la señora lo lleva al otro lado de la calle al cementerio, donde está enterrada si hija, al llegar a la lápida de la joven, sobre ella está el abrigo del camionero.
La Madremonte

Toda cubierta de hoja y de líquenes, vive en la profundidad de los bosques. La cabellera, víctima de soles y lunas, le oculta el rostro. Ese es su enigma: podemos escuchar el grito de fiera entre los árboles, ver la silueta que se pierde en la espesura, pero nadie ha visto nunca su rostro cubierto de musgo y sombra.

La Madremonte ama las grandes piedras de los ríos, construye sus aposentos en los nacimientos de las quebradas, se distrae con el silbido de las mirlas y los azulejos. Algunos han creído escucharla cuando imita el canto de los grillos en las tardes de verano y cuando persigue las luciérnagas en las noches sin luna.

Como vigilante de las selvas, la Madremonte cuida que no desaparezca la lluvia y el viento, orienta los periodos de celo de los animales del monte, grita de dolor cuando cae alguna criatura de su dominio. Por eso, odia a los leñadores y persigue a los cazadores: a todos aquellos que violan los recintos secretos de las montañas.

Cuando la Madremonte está poseída de furia, dicen los que han padecido su venganza, se transforma: los ojos despiden candela y con las manos de puro hueso, se agita de rabia entre los matorrales. Se desencadenan entonces, los vientos y las tormentas. Los ríos y las quebradas traen inundaciones, arrasan las cosechas y el ganado. Todo parece como si se anunciara el estremecimiento de la tierra y los astros.